11 de septiembre de 2012

Episódico.

Sin más armadura
que la piel,
el atento escalofrío
de la rabia.
O la sonrisa rojiza
y mecánica del duelo.
Seré la cautela
con la que el niño juega
a esconderse bajo las mantas,
el derecho
a disfrazarse de personajes inventados.
el constante compromiso
con el que la rutina
estrangula contra nosotros
sus tentáculos.
Seré el trono vacío
o el cuervo afilando sus garras
o
simplemente diré que
me gustan los suicidios
al borde
de lo más alto de tu cama.

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