30 de junio de 2012

Teufelskreis.


Vaciad los pozos.
Vaciad los sueños.
Dejadlo todo ahi:
escondidos como monstruos
debajo de la cama.
Dejadlos como almas verdes,
como si pudieran pudrirse
si no habláis de ellos.

Como contarse las arrugas,
o los lunares,
como verte absurda
en toda esta carne
que esconde
laberintos
y
deseos.

Se me están enfriando los zapatos
desde que dejo de contar caminos.

17 de junio de 2012

Violetas y ojos de algún color.

Hablabas de una flor violeta
pero, ¿Qué decías?
Era como si la esencia se me escapase
lo siento,
escuchaba
como cercana a lo superfluo,
centrada en el sonido de las palabras
como si fuese música vacía.
Artificial.

Pero dijiste algo de una flor.
Una violeta.
Y desganada.
Querías decirme algo sobre una flor.
Ahorcada.
Temblando
desde el final de la habitación.

Alquimia, suspiro.
Le pusimos nombres.
Orgullo, hambre,
laberinto.

Como si fuera orgasmo.
Como si fuera risa.
Como si fuera sueño.

Me hablabas de una flor.
Me da miedo.

Le pusimos cigarros al polvo
Le pusimos sonrisa al muerto
como si fueran
las palabras del poema
la droga del adicto.

Primero la llamamos
Janis.
Por último:
Soledad.

11 de junio de 2012

Dale tiempo.

A veces vivo más en noches de estas que te hunden
en lo mas profundo de la absoluta y mediocre realidad.
Y en esas noches me quedo contemplando posibilidades y recuerdos,
como simple espectadora de algo que en realidad no es mío.
Intento pensar que podría agarrar con una sola mano
la triste situación y asfixiarla, crujirle todas las vértebras,
simplemente para recolocarla un poco,
mientras que con la otra mano, como siempre,
fumo, o escribo.
A veces tengo sed de joderme la vida,
y dejo que la tinta del boligrafo le de forma al papel.
Ni pienso, ni existo.
No hay red en mi mente.
Increiblemente, me sale jodidamente bien
eso de pegarme ostias contra el suelo.
Eso de convertirme en un blanco facil, y decir:
"¡Eh, estoy aquí, mundo de mierda!
¿Con qué me vas a venir ahora?. ¡Sorpréndeme, joder!.
Tengo la ambición de Taylor Durden en el club de la lucha,
y me quedan aún todos los dientes, y todos los órganos".
Y la cabrona de la vida sabe hacerse de rogar.
Pero la ostia está ahi, preparada,
para que yo ponga el dónde y el cuando,
y entonces me quede sólamente esperar
a que me venga directita a la cara.