10 de noviembre de 2012

Algo tuyo.

No tienes idea
de la cuidadosa indiferencia,
del laberinto indomable,
de la sombra inquieta.

No tienes idea
del reloj que transcurre
como pronunciando tu nombre.
Del espejo que me está reflejando
y a la vez busca algo más.

Los gestos y
los fantasmas
son también algo tuyos.

Los labios piden tregua.
Las manos piden tregua.
Los ojos piden tregua.
Nosotros no pedimos nada.

El mundo nos deja
desconsolados y absortos.
No tienes idea
de las palabras que pasan
siempre inadvertidas.

El mundo nos deja
en huesos y en ruinas.
Los cadáveres piden tregua.
La ciudad pide tregua.

La tregua es imposible.
La lucha es cobarde.
El reloj busca
siempre más que tu nombre.

Nosotros no pedimos nada.


Somos el ocaso
sepultado del amor.

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